El queso junto al vino se sientan a la mesa en muchas ocasiones, discuten para decidir cuál de los dos tiene mayor protagonismo. Puede suceder que alguno de los dos sobresalga y gane, o salir empatados.
Cuántos de nosotros cuando ingresamos a un negocio donde venden quesos, fiambres y productos gourmets, se nos hace agua la boca al ver una horma de queso cortada a la mitad exhibiendo sus agujeros como grandes ojos que nos miran.
Si bien el queso lo pensamos como la pareja ideal en la picada de fiambres, en un sándwich con jamón crudo o bondiola, es más que eso.
Puede formar parte de nuestro desayuno sobre una tostada de pan de masa madre con un hilo de aceite de oliva virgen extra o una mermelada casera de duraznos o frambuesas; en el almuerzo sobre un plato de pastas, queso y salame de Tandil en la previa de un asado o mirando un partido de fútbol con amigos, acompañando al dulce de batata o membrillo en el clásico postre vigilante (nombro ambos dulces y lo dejo a tu criterio, como diría Karina Olga).
Te hago la siguiente pregunta: ¿Te has puesto a pensar la variedad de quesos que existen?
Puedes encontrar quesos de diferentes leches: vaca, cabra, oveja; diferentes texturas, cremosos, untables, saborizados con hierbas y especias, con hongos en su superficie, de pasta blanda, semidura y dura.
También hay quesos con DOC (Denominación de Origen Controlada), reducidos en lactosa y libres de gluten, y hasta con muchos años de envejecimiento como es el caso del Parmesano Stravecchione.
El queso al igual que el vino es un alimento vivo que a medida que transcurre el tiempo va cambiando.
Podemos organizar una velada entre amigos y sorprenderlos con una hermosa tabla de quesos cortados y organizados estéticamente, con diferentes opciones de acompañamientos, desde frutos secos, pasas de uva, fruta fresca como la pera, jaleas y mermeladas, miel, y muchas opciones más. Es obvio que el pan, ya sea de campo, casero o comprado en la panadería de tu barrio, debe estar presente, y alguien que no puede faltar en esta mesa es el vino.
Pensar en quesos y vinos, lo primero que se viene a la mente de todos es acompañemos con un tinto! Pero no todo es vino tinto en el mundo del queso. Podemos optar por vinos blancos, rosados, naranjos, espumosos, tintos, cosecha tardía o licorosos, y también puede ser una cerveza. Es cuestión de buscarle el mejor compañero de baile.
Lo divertido de esto es que podemos elegir diferentes tipos de quesos y pedir a nuestros amigos que cada uno traiga un vino diferente para realizar distintas combinaciones, pasar un buen momento y poder experimentar sensorialmente algo distinto.
Por ejemplo un Queso Azul acompañado de miel, pasas de uva y un vino dulce natural, queda genial, otra opción un queso Cuartirolo con membrillos al Malbec y un tinto suave de Pinot Noir es una hermosa experiencia, una buena porción de Camembert con peras grilladas y una copa de Chardonnay con paso por barrica de roble es un viaje sin retorno. Es cuestión de hacer volar la imaginación.
Recuerda aquella escena de la película Ratatouille en cual Remy le dice a su hermano que pruebe el queso solo y luego combine ese trozo de queso con una avellana, su expresión en el rostro lo dice todo, surgió una nueva sensación al combinar ambas cosas, una experiencia sensorial.
Te lo dejo con final abierto, en caso de desear vivir una experiencia de esas características puedes apuntarte a nuestro Taller de Maridaje de Quesos & Vinos.
ROBERTO LOZA
Sommelier Internacional CETT/EAS
Docente Escuela Argentina de Sommeliers
Docente CASA DIONISIO