La variedad Pinot Noir es originaria de la región francesa de Borgoña. Es una uva de ciclo corto y maduración temprana, por lo que prefiere climas fríos y secos. La mayor parte del cultivo nacional se desarrolla en las provincias de Mendoza, Neuquén, Río Negro y Chubut.
Hoy en día esta uva se encuentra entre las 20 con mayor cantidad de hectáreas plantadas. Se estima unas 2.000 (contra 50.000 de Malbec, líder absoluto) especialmente en el sur del país. El clima patagónico es ideal para darle fuerza a dicha cepa que se caracteriza por su fragilidad.
Características del Pinot Noir
Se denomina así por el color oscuro de las uvas y los racimos en forma de cono de pino.
Es originaria de la Borgoña en Francia, aunque también se cultiva en la región de Champagne donde comparte cartel con la Chardonnay.
Básicamente es un vino tinto suave, un factor que atrae a la mayoría de los consumidores.
Es una variedad difícil de cultivar y de vinificar debido a su fina piel y a los bajos niveles de compuestos fenólicos.
El resultado da vinos de un color claro, cuerpo medio y pocos taninos.
Esta variedad se usa también para la elaboración de vino espumoso en la región de Champaña y en otras regiones vinícolas.
Se considera que produce algunos de los vinos más elegantes del mundo.
El vino Pinot Noir se caracteriza por "la elegancia y el equilibrio que se logran gracias a los terroirs de altura que tenemos en Mendoza, y el resultado es un vino súper elegante y fino".
Desde mi punto de vista destaco su “gran delicadeza”. Tiene una expresión aromática única, donde encontramos una compleja mezcla de frutas rojas, notas florales y un carácter terroso que lo hace inconfundible. Se destaca además su frescura, por su expresión de fruta y textura en boca.
El carácter de "versatilidad en el viñedo", ya que "es capaz de capturar y reflejar con precisión las características del terroir, ofreciendo diferentes perfiles según la región donde se cultive. La Borgoña y su historia nos confirman que los vinos Pinot Noir tienen un gran potencial de guarda".
El vino Pinot Noir se caracteriza por "la elegancia y el equilibrio que se logran gracias a los terroirs de altura que tenemos en Mendoza, y el resultado es un vino súper elegante y fino".
A pesar de ser una de las variedades más complicadas de elaborar, el desafío para los enólogos les permite maniobrar una amplia paleta de opciones a la hora de hacer los cortes o el assemblage de vinos bases para elaborar espumantes de alta gama.
El Pinot Noir en Argentina: una constante evolución
Inicialmente su cultivo fue limitado y desafiante debido a las condiciones climáticas y esto aún sigue siendo un reto. En las últimas dos décadas, el Valle de Uco se ha convertido en una zona única para la producción de esta cepa debido a su gran altitud, suelos aluviales y clima fresco. Y, por mi experiencia personal, considero que la IG San Pablo por su proximidad a la montaña, donde el clima es más frío y nublado, hace que se destaque.
Hoy, el Pinot Noir argentino es valorado por su amabilidad, frescura y elegancia, con un creciente reconocimiento tanto a nivel local como internacional
En un mercado donde el Malbec domina la escena vitivinícola local, la uva Pinot Noir demostró que no es una simple moda y que la tendencia se transformó en hábito, encontrando en los consumidores un lugar que ganó gracias a su carácter versátil y elegante. La búsqueda de texturas, aromas y sabores lo consagró como uno de los vinos más considerados por los argentinos.
El Pinot Noir ha ganado popularidad en Argentina por varias razones, entre ellas, que los consumidores buscan vinos frescos y amables, sin perder complejidad, que es lo que ofrece este vino
La evolución de la cultura del vino ha fomentado un interés por variedades menos tradicionales en Argentina, y que el aumento en el consumo de espumantes también ha impulsado la popularidad del Pinot Noir, ya que es una base esencial para producir espumantes de alto nivel.
El maridaje del Pinot Noir
El Pinot Noir admite una gran gama de elaboraciones y puede equilibrarse con casi todas las carnes: vacuna, cerdo, pescado, pollo y pato. Sin embargo, no es conveniente maridarlo con platos que contengan ingredientes fuertes o picantes, pues estamos en presencia de un cepaje muy delicado.
Combinaciones clásicas pueden ser:
Lomo, solomillo, pescado graso (salmón o trucha), sushi, quesos blandos o enmohecidos y picadas variopintas.
Pollo a las brasas, risotto de hongos y la tradicional pizza cuatro quesos.
Comida asiática, paella y arroces, que piden una compañía ligera y fresca como un Pinot.
Otra opción perfecta, desde el aperitivo hasta los postres, son los espumosos rosados elaborados a partir de esta elegante cepa que suele darnos vinos frutados, ágiles, equilibrados, carnosos y de buena persistencia. Cuando tienen crianza en barricas, evolucionan hacia las notas especiadas, cuero y frutas maduras o confitadas.
Desde la antigüedad hasta nuestros días se han escrito centenares de poemas, libros y guiones de películas en los que se le rinde homenaje a las infinitas virtudes de esta maravillosa uva. Sus vinos elegantes, aromáticos, equilibrados y de una fineza notable, bien merecen un gran reconocimiento.
Recuerda que el mejor maridaje es el que a ti te guste, solo déjate llevar por la intuición.
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ROBERTO LOZA
Sommelier Internacional CETT/EAS
Docente Escuela Argentina de Sommeliers
Docente CASA DIONISIO
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