La Chardonnay es una de las variedades más plantadas, existen aproximadamente 200.000 hectáreas plantadas alrededor del mundo.
Aunque es más conocida como la uva blanca de Borgoña y la piedra angular de la Champagne, se produce en una amplia gama de estilos de vino. Desde un vino cremoso y mantecoso añejado en barrica hasta un vino espumoso ligero y fresco, el chardonnay es versátil, accesible y muy venerado.
Se caracteriza por su increíble versatilidad y variedad de sabores. Esta diversidad se puede atribuir a la variedad de técnicas de elaboración del vino y climas a los que está sometido.
Desde versiones crujientes sin roble de climas fríos hasta versiones con mucho cuerpo y añejadas en roble de climas más moderados, e incluso blanc de Blancs espumosos, los sabores del Chardonnay pueden variar significativamente, al tiempo que conservan características comunes.
En nariz, los Chardonnay sin contacto con barrica de roble tienden a ofrecer notas fragantes de manzana verde, pera y cítricos, con algunos aromas calcáreos o minerales, esto último dependiendo de donde se ubique el viñedo del cual provienen las uvas.
Los Chardonnay envejecidos en barricas de roble, suelen presentar ricos aromas de durazno, mango y limón, acompañados de notas de vainilla, manteca y, a menudo, un toque de pan tostado o frutos secos debido a la influencia del roble, la fermentación maloláctica y remoción de lías.
En boca Chardonnay ofrece una amplia gama de experiencias según su estilo. Los Chardonnay sin madera suelen ser magros y crujientes, con alta acidez, y a menudo se asemejan a la frescura de un Sauvignon Blanc, pero con más cuerpo.
Los Chardonnay en roble son conocidos por su sensación cremosa, mucho cuerpo, acidez moderada, sus sabores de manteca, vainilla y especias de cocinar, se superponen a los aromas de las frutas de hueso.
¿Qué puedo maridar con un delicioso Chardonnay?
Desde mariscos hasta salsas cremosas e incluso carnes blancas como cerdo y pollo, el Chardonnay es muy versátil en la mesa.
La acidez tiende a ser alta en los estilos magros y espumosos de Chardonnay, que combina bien con platos más cremosos, pero también combina bien con mariscos. ¡Pruebe ostras, sushi, pescado salteado, paté, risotto de verduras o mejillones con papas fritas!
La frescura, la mineralidad y los sabores delicados anhelan alimentos crujientes y delicados.
Los Chardonnay en roble tienen más cuerpo y tienden a combinar bien con alimentos más ricos. Pruebe los pasteles de cangrejo, los linguinis con almejas, lomo de cerdo con manzanas. Para los vegetarianos, prefiera verduras ricas o con almidón como maíz, calabaza o calabacín. Además, ¡las setas son imprescindibles!
Recuerda que el mejor maridaje es el que a ti te guste, solo déjate llevar por la intuición.
En caso de desear aprender sobre vinos y maridajes, te dejo acá el link a los Cursos y Talleres de la Escuela de Vinos de Casa Dionisio donde podrás encontrar un Taller específico de Chardonnay y otros sobre maridajes muy interesantes... ¡y sabrosos!.
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ROBERTO LOZA
Sommelier Internacional CETT/EAS
Docente Escuela Argentina de Sommeliers
Docente CASA DIONISIO
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